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EU incauta 400 armas con destino a México; estaba ocultas en paredes de remolque

  • Foto del escritor: paulette solano
    paulette solano
  • 27 oct
  • 2 Min. de lectura
EU mostró una pequeña parte de las decenas de miles de armas de fuego que provienen de su país para abastecer a los carteles de la droga.
EU mostró una pequeña parte de las decenas de miles de armas de fuego que provienen de su país para abastecer a los carteles de la droga.

La incautación de 400 armas de fuego en la frontera de Laredo, Texas, que presuntamente tenían como destino México, fue presentada por el embajador de Estados Unidos, Ronald Johnson, como un “logro” de cooperación bilateral. Sin embargo, el hecho exhibe la magnitud del problema y la falta de resultados estructurales en el combate al tráfico de armas que, desde territorio estadounidense, sigue alimentando la violencia que padecen miles de comunidades mexicanas.

Pese a las celebraciones oficiales, el decomiso, aunque significativo en número, apenas representa una fracción mínima del flujo armamentista que cruza cada día hacia México, donde los carteles mantienen un poder de fuego que supera al de muchas policías locales.


Los expertos coinciden: mientras en el país vecino continúe el mercado legal más grande del mundo y una política laxa de control, las armas seguirán cruzando la frontera con total facilidad.


EU incauta 400 armas que tenían como destino México


El 23 de octubre, agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) inspeccionaron dos remolques en el Puente Internacional II de Laredo.


Detectaron irregularidades en las paredes y, tras una revisión secundaria, hallaron compartimentos ocultos con un arsenal: aproximadamente 400 armas de fuego de distintos calibres, cargadores de gran capacidad y miles de cartuchos de munición.


Los detenidos, Emilio Ramírez-Cortez, residente legal permanente, y su hijo, Edgar Ramírez-Díaz, ciudadano estadounidense, fueron acusados de contrabando federal de armas de fuego. Ambos permanecen bajo custodia del Servicio de Alguaciles a la espera de su comparecencia ante el tribunal.


De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (HSI), las armas estaban destinadas a organizaciones criminales mexicanas. Sin embargo, este operativo no es un hecho aislado: según la propia Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), entre 2013 y 2018 más del 70 por ciento de las armas decomisadas en México provinieron de Estados Unidos. La cifra ilustra una problemática sistémica que rebasa cualquier acción puntual.

Ronald Johnson celebra incautación


“Seguridad compartida en acción. Entregando resultados”, escribió Johnson en su cuenta de X, al referirse a la operación. El tono triunfal contrasta con la gravedad del fenómeno: cada año, decenas de miles de armas cruzan ilegalmente la frontera sin ser detectadas.

La mayoría termina en manos de los carteles de la droga que, armados con fusiles Barrett M82, granadas y lanzacohetes, sostienen la guerra interna que ha dejado más de 400 mil muertos en México desde 2006.


La crítica central no está en un decomiso más, sino en la inacción de fondo. Organizaciones como Stop US Arms to Mexico han denunciado que la industria armamentista estadounidense continúa exportando y vendiendo sin controles suficientes, incluso a intermediarios que abastecen al crimen organizado.

Mientras el gobierno de EU insiste en mostrar operativos como prueba de cooperación, la realidad es que su falta de regulación y el poder del lobby de las armas perpetúan el flujo letal que sostiene a los grupos criminales en México.


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