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China castiga a Trump y deja de comprarle gas licuado a Estados Unidos

  • Redacción/La Patria Nueva
  • 19 abr
  • 2 Min. de lectura

China no solo se distancia del mercado energético estadounidense, sino que fortalece su estrategia de diversificación de proveedores.
China no solo se distancia del mercado energético estadounidense, sino que fortalece su estrategia de diversificación de proveedores.

En plena escalada de tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, el gobierno de Pekín decidió suspender la compra de gas natural licuado estadounidense, medida que se produce tras el nuevo arancel del quince por ciento impuesto por el régimen chino a los combustibles fósiles provenientes del país norteamericano, como reacción a las políticas proteccionistas impulsadas por Donald Trump.


Con esto, se abre un nuevo episodio en la guerra comercial entre las dos principales economías del mundo, la cual se desencadenó a principios del mes de febrero, cuando entraron en vigor los nuevos gravámenes propiciados por Estados Unidos.


Según se sabe, en ese momento, solo dos embarcaciones con gas natural licuado estadounidense se dirigían hacia puertos chinos y solo una de ellas logró entregar su cargamento antes del plazo, mientras que la otra fue redirigida a Bangladesh para evitar los costos adicionales.


Dicho giro, China no solo castiga económicamente a Estados Unidos, sino que también redefinió sus alianzas energéticas, abriéndose aún más al mercado ruso, que se ha visto favorecido por los bajos precios del gas ruso, que cayeron tras la invasión a gran escala de Ucrania en 2022 y el consecuente veto europeo.


China voltea hacia Rusia para surtirse de gas licuado

Y es que el vacío dejado por el gas natural licuado estadounidense está siendo rápidamente ocupado por Rusia; incluso, en el último año, las exportaciones rusas de gas licuado hacia China se cuadruplicaron en comparación con los volúmenes enviados desde Estados Unidos.


Un dato a tomar en cuenta es que Pekín ha sabido capitalizar esta situación, accediendo a energía más barata y afianzando su relación estratégica con Moscú. Aunque la decisión de reducir las compras a Estados Unidos tiene un componente político, también responde a razones económicas.


Es así que con el gas natural licuado estadounidense redirigido mayoritariamente hacia Europa, donde se paga a precios más altos, el mercado chino ha optado por alternativas más rentables.


Hasta antes de los aranceles, la relación energética entre ambos países había sido volátil, situación que tuvo como presendente el acuerdo firmado en enero de 2020,  precisamente durante la primera presidencia de Donald Trump,


Ahí, China incrementó brevemente sus compras de gas norteamericano; sin embargo, a partir de 2022, ese flujo disminuyó drásticamente, pues para 2023, el gas natural licuado estadounidense representó apenas el tres por ciento de las importaciones chinas de gas natural, según cifras oficiales.


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